Desde que hice la maceta violeta me quedé con ganas de hacer otra gemela pero en tonos de rojo y anaranjado para colocar las dos en mi ventana del frente. Cuando fui a comprar una maceta de tamaño similar encontré una de barro, y me entusiasmó la idea de probar el material y de que no fueran después de todo tan idénticas.
El degradé entre rojo y anaranjado no me quedó tan bien como esperaba, pero esta vez me animé a hacerle las ramas negras que le dan un toque de dramatismo al paisaje de ocaso invernal con luna llena sobre la ciudad.
Junto a la maceta violeta, son mis favoritas, y me alegra el día verlas en mi ventana llenas de flores.
Cada vez que alguien crea algo, detrás de ese algo hay una historia, una anécdota, una inquietud, una motivación, las cuales si no quedan registradas de alguna forma corren el riesgo de borrarse de nuestra memoria. Esa historia detrás de cada objeto decorativo o artístico es en realidad su razón de ser, el alma del objeto, y sería una picardía que se pierda... por esa razón es que he creado este blog: para salvar la memoria emotiva de cada objeto que me ha inspirado, en algún momento, a crear.
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