Fue así que comenzamos a buscar un diseño que sirviera para luego colgar pequeñas fotos familiares. Buscando en Pinterest encotramos varios diseños de árboles, los cuales eran ideales para colgar de sus ramas fotos de nosotros cinco. El árbol, además, es símbolo de la familia, y a su vez símbolo de vida.
Entre todos los diseños hermosos que encontramos, Flavia eligió este de aquí. Le gustó darle un poco de color con esas flores, y a mí me encantó la idea de que hubiera un par de búhos... Decidimos cambiar el color fucsia de las flores por rojo, ya que el dormitorio iba a ser compartido también por Valentín... y debido a que a la izquierda iban las camas cuchetas, el diseño sería sólo el árbol de la derecha.
Mi desafío fue tratar de pasar este árbol de tamaño diminuto a una pared, dibujándolo a pulso. No fue difícil dibujar a lápiz sobre el yeso, ya que podía corregir los errores borrando con una goma, al igual que haría sobre un papel.
Para poder dibujar los búhos tuve que buscar otros diseños un poco más detallados, pero no copié ninguno de ellos en particular sino que adapté algunas características que me gustaron de uno u otro modelo para lograr la imagen de búho que quería... algo fácil de dibujar, de trazos no demasiado finos, y que tuvieran un toque de ternura en la mirada. Creo haberlo conseguido.
Luego de secarse la parte marrón del tronco y las ramas, me dí cuenta de que el borde quedaba irregular, como chorreado, lo cual tuve que corregir delineando un borde más ancho a mano alzada para cubrir las imperfecciones. Luego de estar todo seco, usé un marcador permanente para delinear en negro al búho.
Este fue el resultado final, del cual disfrutaron mis hijos durmiendo en esta habitación hasta que en octubre de 2014 nos mudamos nuevamente a Libertad y dejamos aquella casa atrás. Esta pintura es una de las pocas cosas que me costó dejar atrás, pero el cambio fue para mejor. Cuando tengamos nuestra casa propia podré volver a pintar algo en las habitaciones de mis hijos si ellos así lo desean, y podrán disfrutarlo el tiempo que quieran. Mientras tanto, como primer ensayo, este árbol de la vida no estuvo nada mal. Disfruté muchísimo la experiencia, y me dí cuenta de cuánto necesito del arte para sentirme plena.