sábado, 7 de febrero de 2015

Árbol de la vida



Este proyecto comenzó como una idea entre mi hija mayor Flavia y yo, luego de colocar yeso sobre las paredes de los dormitorios en la casa en la cual vivimos 6 años en el establecimiento rural "La Magdalena". Habíamos visto que muchas veces se utilizan diseños en vinilo para decorar superficies como estas paredes, pero al ver lo lisas que quedaban se me ocurrió que algo pintado a mano se vería mucho más cálido y le daría más personalidad a la habitación.

Fue así que comenzamos a buscar un diseño que sirviera para luego colgar pequeñas fotos familiares. Buscando en Pinterest encotramos varios diseños de árboles, los cuales eran ideales para colgar de sus ramas fotos de nosotros cinco. El árbol, además, es símbolo de la familia, y a su vez símbolo de vida.

Entre todos los diseños hermosos que encontramos, Flavia eligió este de aquí. Le gustó darle un poco de color con esas flores, y a mí me encantó la idea de que hubiera un par de búhos... Decidimos cambiar el color fucsia de las flores por rojo, ya que el dormitorio iba a ser compartido también por Valentín... y debido a que a la izquierda iban las camas cuchetas, el diseño sería sólo el árbol de la derecha.

Mi desafío fue tratar de pasar este árbol de tamaño diminuto a una pared, dibujándolo a pulso. No fue difícil dibujar a lápiz sobre el yeso, ya que podía corregir los errores borrando con una goma, al igual que haría sobre un papel.

Así fueron los primeros bocetos, y luego de delimitar el área del tronco y las ramas con cinta de papel comencé a dar mis primeras pinceladas en mi primer trabajo de pintura artística a gran escala.







Para poder dibujar los búhos tuve que buscar otros diseños un poco más detallados, pero no copié ninguno de ellos en particular sino que adapté algunas características que me gustaron de uno u otro modelo para lograr la imagen de búho que quería... algo fácil de dibujar, de trazos no demasiado finos, y que tuvieran un toque de ternura en la mirada. Creo haberlo conseguido.











Luego de secarse la parte marrón del tronco y las ramas, me dí cuenta de que el borde quedaba irregular, como chorreado, lo cual tuve que corregir delineando un borde más ancho a mano alzada para cubrir las imperfecciones. Luego de estar todo seco, usé un marcador permanente para delinear en negro al búho.

Este fue el resultado final, del cual disfrutaron mis hijos durmiendo en esta habitación hasta que en octubre de 2014 nos mudamos nuevamente a Libertad y dejamos aquella casa atrás. Esta pintura es una de las pocas cosas que me costó dejar atrás, pero el cambio fue para mejor. Cuando tengamos nuestra casa propia podré volver a pintar algo en las habitaciones de mis hijos si ellos así lo desean, y podrán disfrutarlo el tiempo que quieran. Mientras tanto, como primer ensayo, este árbol de la vida no estuvo nada mal. Disfruté muchísimo la experiencia, y me dí cuenta de cuánto necesito del arte para sentirme plena. 






















Frasquitos para el baño


Comienzo mi blog publicando el primer trabajo que tengo registrado en fotos, creo... Es un bollón de vidrio que supo contener mermelada, y que con un forro de crochet sirve para guardar cosas y decorar el baño. El hilo que utilicé formó parte en alguna época de un buzo de manga 3/4 (hilo en degradé en tonos de salmón) que usé por años y que adoraba porque siempre me gustó el color salmón, y de una musculosa (hilo rojo) que tejió para mí Dorila, una tía-abuela de mi esposo y madrina de mi esposo y de mi hija mayor Flavia, que también usé por años, tantos que el hilo ya estaba un poco decolorido al momento de tejerlo.

Este frasco hace juego con otro decorado exactamente igual, pero un poco más ancho en diámetro y más chico en altura. En un primer momento los hice para cubrir una necesidad en mi lugar de trabajo, ya que en el baño no había dónde guardar los cepillos y la pasta de dientes. También tejí con los mismos hilos uno de esos colgantes para guardar rollos de papel higiénico. Cuando mi hija Flavia se mudó a vivir con su novio Sebastián al apartamento donde yo trabajaba, heredó unas cuantas cosas que yo usaba allí. Entre ellas, heredó el guarda-rollos, pero no quiso quedarse con estos frasquitos. Hoy en día están en el baño de casa, guardando cepillos de pelo y pasta de dientes, encima de la cisterna. Espero encontrar restos de esos hilos, que sé que sobró, para volver a tejer otro guarda-rollos para mí y así completar el set de baño.

De dónde saqué la idea? Seguramente de algún post en Pinterest, o de algún programa de televisión... sinceramente no lo recuerdo.