Un día limpiando los frascos del armario de la cocina me vuelvo a encontrar con estos frascos de alumnio super antiguos que alguna vez pertenecieron a alguna de mis abuelas, no recuerdo a cuál de ellas... Estos frascos son ua de las pocas cosas que conservo de mi casa paterna, y dado el material del cual están hechos (de una época anterior al plástico y a lo deshechable) son un elemento que fácilmente puede formar parte de la cocina de varias generaciones más. Pero los pobres estaban muy deslucidos... los años los habían dejado opacos y sin gracia, su superficie que alguna vez debió ser brillosa y resplandeciente estaba toda rayada por el uso... Una de dos... o los reciclaba y les volvía a dar vida, o tendría que deshacerme de ellos, porque así tal cual estaban deprimían...
Se me ocurrió darles una mano de pintura y dibujarles algún diseño... y qué mejor idea que rescatar aquellos búhos que habían quedado en la otra casa en el árbol de la vida?
Comencé dándoles una base se color liso mate. Elegí estos colores terrosos para conservar la idea de lo añejo y para darles calidez, y decidí usar colores más vivos para el búho.
Decidí usar el más grande para guardar yuyos con los cuales preparo mi mate de té, y dejar el más chico para el cedrón, mi yuyo favorito y del cual muchas veces tengo más cantidad porque me regalan algunas ramitas frescas que dejo secar para hacer mis tés.
Ese mismo día se me ocurrió decorar unos vasos de vidrio de los cuales hay un montón en casa porque vienen con el requesón, y que nadie quiere usar porque no tienen ninguna gracia. LÑuego de ver unos vasos que le habían regalado a mi hija Flavia que estaban pintados por fuera en el fondo y eso les daba un toque especial, al ver en Pinterest esta idea se me ocurrió hacerles un diseño con esmalte de uñas.
En realidad no quedó como yo esperaba, pero bueno, acá van las fotos igual. la pintura duró unos lavados y luego se empezó a desprender. No fue una buena idea...